Cambiando La Medicina Desde La Empatía



Desde hace varios años comencé a enfrentarme como médico a la realidad en la que viven muchas familias Colombianas, principalmente en municipios y áreas rurales del país. Comprendí que, si bien la tecnología y ciencia en el área de la medicina ha avanzado mucho en el tratamiento de las enfermedades, las dificultades no solo económicas sino también geográficas, sociales y de educación, hacen que incluso los servicios médicos más básicos no estén al alcance de todos.

Tengo presente la historia de un paciente que me llegó un día a servicio de Urgencias. Yo estaba trabajando en un Hospital de primer nivel en uno de los tantos Municipios alejados de Colombia. Éste paciente venía desde una vereda que quedaba a tres horas de viaje en lancha, después de varios días de ahorrar dinero para pagar ése transporte. Era la segunda vez en el día que asistía a la consulta médica por un dolor de estómago por posible gastritis, y los primeros calmantes y medicamentos que se le habían formulado no habían servido mucho. 

Al recibirlo, me encontré con un paciente flaco, casi raquítico, pálido, con un evidente dolor de estómago. Me contó de la vereda de dónde venía, de lo difícil que fue conseguir el dinero y el transporte para llegar. Aquel señor vivía solo en la vereda, había sido agricultor, pero por cuestiones del entonces conflicto armado, perdió sus cultivos, por lo que no tenía dinero para las cosas básicas ni para iniciar un nuevo cultivo. En ése momento entendí que ése dolor de estómago no era por alguna enfermedad en especial: Me explicó que por ahorrar el dinero del viaje, llevaba tres días sin comer. 

Encuentro frecuentemente en mis consultas, la angustia y dificultad de los pacientes cuándo son remitidos a las ciudades, por exámenes, consultas especializadas o procedimientos. El costo del viaje, la dificultad de viajar (más cuando tienen alguna limitación física), el tiempo que lleva el ir y volver, la preocupación de dejar la casa o los hijos solos, de pedir un permiso en el trabajo, el estrés de llegar a una ciudad caótica e incluso desconocida para muchos, entre otras.

La medicina tradicional-occidental pretende, de cierta forma, que los pacientes se adapten y se acomoden a lo que éste conocimiento científico ofrece. Éste es un paradigma que es necesario comenzar a transformar: Es el conocimiento médico el que se tiene que adaptar a la vida del paciente, a su entorno, a sus dinámicas diarias y estilos de vida. 

Cambiar ésta visión me ha llevado a desarrollar mayor empatía con las personas, a comprender sus problemáticas y el por qué de sus enfermedades. Ésto, si bien requiere más tiempo y disposición para escuchar (y de los pacientes para aprender), facilita muchísimo el encontrar posibles soluciones para así acompañarlos, guiarlos, enseñarles diferentes herramientas y habilidades, convirtiéndolos en actores principales, seres activos no pasivos, de su propia recuperación, de la prevención de enfermedades y de la construcción de un bienestar integral.

Es por ésto que en Sanar Alternativamente buscamos abrir espacios de aprendizaje de Bienestar, en los que cualquier persona interesada pueda asistir. Rescatamos y reevaluamos los conocimientos tradicionales o populares a los cuales tienen acceso las personas en su día a día, los empoderamos y les damos valor, respetando la dignidad que tienen como personas capaces y como comunidad.

Si tienen preguntas, dudas o inquietudes en torno a la Salud o al Bienestar, no duden en escribirnos a  sanaralternativamente@gmail.com


Dra. Ángela Moreno


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